La batalla constante de ser un emprendedor, no es una tarea sencilla. Básicamente porque siempre existe una incertidumbre con cómo nos irá si salimos de esta comodidad llamada socialmente “empleado”. Tenemos un trabajo seguro, familia, y responsabilidades.
Estos son las 3 etapas que todo emprendedor tuvo que pasar:
Quiero, quiero, quiero:
Esta es la primera etapa, la más dura de todas, porque es el auto-convencimiento de interiorizar esa idea de querer hacer eso, y no lo otro. Sin embargo, esta etapa es una de las más reflexivas. Y recomiendo encarecidamente pasar por la etapa de ser empleado de una empresa, en la cual te dan la posibilidad de aprender. Ya verás, esta oportunidad construye al emprendedor que vendrá después.
Haz una práctica sencilla, toma un lápiz y escribe lo que has aprendido para lograr el “quiero”.
Vacaciones soñadas
Una vez que la etapa del quiero está incorporada como una meta a corto plazo dentro de tu vida, surge esta necesidad de ir a recorrer un lugar que siempre viste, o por la tele, o porque alguien más te lo contó. Y en ese minuto, cuando hiciste la compra de ese pasaje a Australia, Londres, Bahía, o un destino que para ti fue un seuño, y de repente estás ahí. Si paseando por las calles donde se gestaron mil guerras, donde se filmó tu película, donde se tomó esa fotografía famosa, y de manera inconsciente tu cerebro siente un “clic” interno tan profundo, que muchas veces me recuerda a inception. No tengo un estudio, pero ese “clic” crea 2 motivaciones decisivas para el resto de tu vida:
El “Ya no quiero hacer esto”, y voy en busca del “quiero” es la más difícil de hacer y si ya está decidido, se hace y ya.
La segunda es “Que felicidad donde estoy” quiero más de esto, y me perfecciono. Este es el caso de quién es feliz en su trabajo, está cómodo y no le interesa probar algo nuevo, porque otros le resuelven gran parte de su vida con el servicio (muchas veces de alta calidad) porque se ponen la camiseta con su trabajo. Este segundo personaje es el que debe trabajar con un emprendedor, es el famoso “Espinita”, pero desde el buen sentido, ya que su disposición es inmensa.
Familia… amigos… me caso
Y la tercera etapa es la formalidad, el acto de despegarse de la comodidad, y de enfrentarse a la etapa más difícil de un emprendedor: “El comienzo”.
Es una etapa llena de frustraciones, peleas, de miedos, de flojera (porque a veces es incomprensible, pero dan ganas de tirarse un rato (porque ahora nadie te lo impide. Precaución de no quedarse pegado), pero de una motivación tan alta, que ni a palos te bajan de ese altar que es tu emprendimiento.
Recomendamos que veas el video de ¿te atreves a soñar?
Que leas “El arte de empezar”.
Y sigas como base “Lean Startup”
Si haces una búsqueda, como ser un emprendedor, el listado es variado y requiere de alta investigación. Tómate tu tiempo, la decisión está siempre ahí, pero más temprano que tarde te recomendamos tomarla.
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